viernes, 11 de junio de 2010

20-30

El robot fotográfico del juzgado salía todos los días caminado del trabajo y se sentaba en una banca del parque a esperar que ella pasara… y cuado eso sucedía, cada paso era un ¡clic flash, clic flash, clic flash¡ encuadre, enfoque y de nuevo clic flash, clic flash, clic flash.

Era la única forma de guarda en su memoria esa bella imagen y así poder dormir tranquilo pues sabía que en cualquier momento ella podría aparecer en uno de sueños.