domingo, 28 de septiembre de 2008

Lágrima de sangre , el rubí de la princesa

I
El gorgoteo era lento pero contínuo y su tintinear retumbaba en los pasillos marmoleados del palacio … tuc, tuc,tuc, tuc por momentos este macabro ritmo se fusionaba con el sonido de un clavicornio que ascendía desde los jardines acompañado de un aroma a hierva y pino.

El chalán demostraba ante la corte sus habilidades en el adiestramiento; la bestia era un andaluz de sangre mora de tez alazán con ojos de azabache, la crin perfectamente cepillada se mecía a los compas del trote.

El obeso rey observaba con detenimiento el movimiento de su nuevo semental y la reina no despegaba sus ojos de la humanidad del chalán con el cual esperaba tener el mismo uso que el rey esperaba de su corcel.

Era la hora nona, hora en la cual la princesa despertaba reclamando a su servidumbre todo lo necesario para su rutina de belleza diaria, pero una mucama al entrar al dormitorio de la infanta se encontró con un macabro espectáculo; sobre el lecho de seda se encontraba el cuerpo desgonzado de la princesa en posición fetal, su brazo izquierdo sobre salía de la cama… pero eso no era lo impresiónate, lo era el hecho que las sabanas blancas se encontraran manchas de sangre la cual salía en pequeñas gotas de la muñeca herida de la princesa. De ahí provenía el gorgoteo la sangre al salir se precipitaba al suelo marmolado generando un sonido seco como de palmada. Pero ese sonido fue cegado por el grito profundo y desgarrador de la mucama al presenciar tan lamentable y atorrante espectáculo.

Habían pasado ya cuatro días y la princesa seguía en recuperación siendo cuidada por los misioneros franciscanos de la comarca…

- Mi lady, ¿me escucha? , mi lady Anaí …

II
Ha sido un asalto comentan en el mercado dos mujeres mientras compran unas viandas pues dicen que tienen a los sirvientes del palacio encerrados en las mazmorras porque ha desaparecido una joya preciosa del ajuar, la joya más preciada por ella, su rubí hindú, su Lágrima de sangre; ha sido por celos comentan otras, todos lo saben la princesa Anaí no soporta ser opacada por la belleza de otra mujer y cuentan por ahí que en el baile del solsticio una doncella de Venecia se robo todos los comentarios y cortejos.

Cinco días antes procedentes de Venecia habían arribado al reino una comitiva para participar en el renombrado baile del solsticio de verano, entre la comitiva se encontraba Lady Anabella una doncella de 19 años con cabellos de ébano, de piel inmaculada rostro angelical y un par de perlas como ojos, de gracia al andar , finos modales y una dulzura inimaginable.

Dicen los que asistieron al baile que la princesa Anaí era el centro de todas las miradas pues de todo era sabido que su gracia, garbo, elegancia y sobre todo su belleza era inigualable, algunos la comparaban como la diosa Venus reencarnada, y no se equivocaban pues cuenta la leyenda que la diosa Venus al igual que Cleopatra se bañaban en leche para mantener la lozanía de su piel y la princesa Anaí emulaba a estas grandes de la historia, porque imperios, dioses y la tierra se postraron a sus pies, eran de sus afectos personajes como María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena, más conocida como Maria Antonieta de Asturias, la esposa de Luis XVI, esta un personaje muy influyente en la vida la pequeña princesa lamentablemente de ella quería imitar por lo cual fue odiada, por su frivolidad y gusto por los lujos y la moda y es así como en el baile la princesa Anaí llevaba puesto como era habitual su Rubí, un vestido estruendoso como hermoso de mil sedas, encajes y… corpiño, es aquí donde todo comienza, corpiño, la princesa estaba obsesionada con la delgadez todo esto gracias a su afición a la cultura griega en donde las sílfides eran adoradas y su delgadez era legendaria, no pasaba un día sin escucharla decir, que la belleza femenina era como la escultura en donde para hacer arte se debía quitar capas y capas de mármol y así hacer una obra perfecta.

Se encontrba en el baile ella con su vestido que emulaba el nacer del sol como en el solsticio de verano al cual festejaban, aunque su familia era de corte católica por ser españoles, el baile se realizaba por petición (capricho) de la pequeña y su padre adorador por excelencia le seguía el juego; en el baile los lujos sobraban, pajes, sirvientes, manjares y vinos, cuando el anunciador divulgó la llegada de la corte de Venecia y a su cabeza a la princesa Anabella. Esta lentamente descubrió su rostro hasta el momento cubierto por un velo y dicen que se opacó el vestido de sol de Anaí, que el salón se iluminó y los cristales vibraron como los corazones de todos los gallardos caballeros presentes en el salón, pues sus ojos profundos eran como música, sus labios pequeños carmesí como una rosa y su piel era blanca como la nieve, caminó lentamente y parecía que danzaba hasta quedar en frente de la princesa Anaí, su porte era superior y su delgadez evidente, hizo un reverencia y uno de sus pajes entregó a la princesa el regalo que había traído para su nueva amiga, un espejo azogado hecho de cristal de roca sobre plata y oro de los cuales los venecianos eran los más famosos, al recibir el regalo la princesa Anaí, el salón estalló en aplausos y un acorde de clavicornio dio comienzo a la danza.

Algo había pasado esa noche pues Anaí no se le vio sonreír más durante el baile, solo se limitó a devorar los manjares de la mesa, cosa inusual muy inusual pues como ya es sabido cuidaba su delgadez al máximo a tal punto de pasar semanas enteras sin probar bocado.

III
Los guardias al escuchar el grito de la mucama corrieron presurosos al cuarto de la infanta, con sus espadas y lanza en mano registraron el lugar en busca del culpable, cerraron las salidas del palacio mientras daban aviso a el rey y la reina que no tardaron en hacerse presentes en la escena.

- Fuera todos de aquí

Fue la orden del rey la cual fue cumplida de inmediato, solo se quedaron en la habitación: la reina, el príncipe heredero y el monje médico que acababa de llegar

- Todavía está con vida

Dijo

- Mi lady, ¿me escucha?, mi lady Anaí …


IV
No se sabía que había pasado solo se supo que encontraron en el piso en mil pedazos el espejo que le habían regalado y que con un cristal de este mismo era que le habían ocasionado las heridas a la princesa, una serie de cortes poco profundos y en forma transversal en el brazo izquierdo, además de eso encontraron una tinaja con vomito…

- Anabella, era la principal sospechosa.

V
La reina mando a su guardia personal a buscar a Lady Anabella, que se encontraba en sus aposentos.

Está al llegar hizo la reverencia correspondiente, e inmediatamente fue cuestionada por la reina

- ¿Qué ha pasado la otra noche en el cuarto de Anaí?, ¿sabes o tiene algo que contar al respecto?

- Su majestad ella le puede responder esa pregunta yo solo le puedo decir que Anaí a encontrado una respuesta a su eterna pregunta, y si me disculpa me retiro, su majestad.

- ¡Alto ahí! dijo energúmena la reina, acaso ¿osas ocultar algo a la reina?.

La tomo del brazo con fuerza con tanta que rasgó la manga del vestido y ¡o sorpresa!, el brazo de Anabella estaba lleno de pequeñas cicatrices parecidas a los cortes que Anaí tenia.

- ¿qué es esto?

- Ya se lo he dicho, su majestad, es la respuesta.


VI
- Mi lady, ¿me escucha?, mi lady Anaí …

Era el quinto día sin respuesta hasta que…

- ¿Anabella?… ¿Anabella?, estás aquí.
- No mi lady solo estoy yo, Juan un monje franciscano
- Y Anabella ¿dónde está?
- Ya a partido hacia su reino mi lady, pero le ha dejado una carta.

Mi lady Anaí
El espejo es un arma de doble filo pues a menudo lo que ves ahí te impide presentarte al mundo más allá de ti misma, es por eso que cada día debes ser mejor y superar lo que ves, que realmente no es lo que eres.

Se cual será tu reacción pues a mí me pasó, y cada una de tus heridas sanará pero será una señal para salir, para avanzar, recuerda la belleza no es eterna.

Tu rubí lo arroje por la ventana hacia el pozo pues ya no lo necesitas…




VII
La búsqueda del rubí duro 2 meses el pozo fue desecado e inspeccionado palmo a palmo, y de la joya nada, ni el rastro.

La princesa Anaí no fue la misma, nunca entendió el mensaje y cada día se obsesionaba más y más pues aquella diferencia con Anabella no la dejaba vivir, cómo era posible tal belleza, tal gracia, tal porte, cómo era posible que fuera real.

Anaí dejo de comer al extremo en búsqueda de la belleza anhelada y en las noches tasajeaba sus brazos con cristales del espejo, tal vez pensado que el mensaje de Anabella la llevaba a eso, nunca encontró la belleza, nunca encontró la perfección o tal vez si, encontró la perfección del dolor, la soledad y el no aceptarse nunca más, y para concluir esta parte tampoco encontró su preciado Rubí, nunca encontró su Lágrima de Sangre.

VIII
No supe porque escribí esta historia, hasta que me llegó un correo electrónico con el mismo mensaje de Anabella.

Ahí comprendí que el mensaje si fue entendido, que el rubí de la princesa apreció de nuevo.


IX
Ella llegó a mi vida como Anabella, con una belleza irreal pero real al palparla, con una gracia al caminar, al hablar, al besar, al ser, al simplemente ser como es, yo la vi y quede prendido tal vez para siempre de su verdadera belleza esa que no está en el espejo esa que hizo que se iluminara el salón del baile y mi salón de clase, esa misma luz que ilumina hoy mi corazón.

El rubí de la princesa Anaí o como la llamo yo ¿Anaí? Está de nuevo aquí, mal entendido por muchas que piensan que al seguirlo, al seguir el filo del espejo podrán alcanzar la perfección, sin darse cuenta que al joya preciada que el rubí sale hiriendo la piel así como es, en forma de Lágrima de sangre que al final se estrella con el suelo no de mármol de cualquier material o en la mayoría de los casos termina siendo una mancha más en un papel higiénico.

X
Mi lady Anabella mi corazón es tuyo, porque veo en ti lo que Anaí nunca entendió que la belleza está en todo lo que eres y puedes hacer que la belleza corporal es efímera que en este momento la tienes toda y me enloquece, pero lo que me hace amarte no se ve se siente con los ojos cerrados, cuando me abrazas, me besas y dejas que seamos príncipes de nuestras vidas.

jueves, 18 de septiembre de 2008

CMYK

(Clic,clic... flash)
Su mirada era inquisidora pero llena de curiosidad. – eres hermosa le dije en voz baja –
seguia clic tras clic y ella no pudo aguantar mas y comenzó a posar, haciendo mil caritas, mirando hacia arriba y arqueando el cuerpo. -podría fotografiarte toda la vida, no me alcanzaría la memoria del portátil para esa cantidad de imágenes-
-eres única, me encantas le dije con un poco más de intensidad en la voz.

Entonces ella se puso de pie, acerco la mano al lente de la cámara, me miró y con voz suave y pausada dijo: te quiero. La siguiente foto quedó en blanco… como mi mente, pues desde ese instante todo el color estaba donde lo necesitaba, en mi corazón

domingo, 14 de septiembre de 2008

...

Suicidarme sería lo último que haría en mi vida

miércoles, 3 de septiembre de 2008